
[VERSIÓN ITALIANA EN “LA FIONDA” Y “RIVOLUZIONE ROMANTICA“]
Acostumbrados a una lógica sindical basada en la mera relación entre tiempo y costos laborales, la cuestión del “bienestar psicofísico” en el lugar de trabajo ahora parece importar poco a lo que queda de la izquierda.
Después de todo, habiendo obtenido del capital la elevación generalizada del nivel de vida del trabajador (aunque en detrimento de la igualdad), la izquierda se ha lanzado a otros temas, dejando a los trabajadores a su suerte. Y, abrazando el liberalismo, también ha olvidado la alienación del trabajador, que va más allá de la cuestion de la retribución del trabajo, es inherente a la producción capitalista y tiene una correlación directa con el bienestar psicofísico antes mencionado.
Pero se equivocaría y jugaría el juego del “enemigo”, quien enfocase el tema de Amazon en la intensidad robótica del trabajo, la hipercompetitividad y el método opresivo en la gestión de personal del que muchos culpan a Amazon.
El fanatismo de la productividad, al fin y al cabo, es solo un viejo vicio del capitalismo, que resurge cada vez que las máquinas nos permiten superar nuevos límites y poner a la humanidad a prueba aún más.
Y es siempre y solo la complicidad del Estado lo que lo hace posible. Por ejemplo, con un modelo contractual que no protege al trabajador y promueve la inestabilidad y, por tanto, el chantaje.
Pero las protestas en este sentido se concilian fácilmente: pequeñas concesiones a cambio de grandes ganancias, como siempre ha sido el caso. Con la habitual ilusión de haber solucionado el problema.
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